Año tras año, el fuego arrasa miles y miles de hectáreas en Galicia, una comunidad que, por su acentuada orografía y su carácter netamente forestal, se ve especialmente afectada por los incendios, en su inmensa mayoría provocados. Los recortes en recursos humanos y medios no ayudan en la prevención de estos grandes desastres forestales, como el que ha afectado este mismo domingo a la localidad ourensana de Cualedro, en la parroquia de Lucenza, declarado de Nivel 2 por su proximidad a las casas, y que ha calcinado ya cerca de 3.000 hectáreas.
El viento, sin duda, ha dificultado las labores de extinción de todos los incendios declarados en Ourense, a lo que habría que sumar las altas temperaturas registradas en la provincia.
En poco tiempo, las llamas devoraron decenas de hectáreas, lo que ha obligado a activar la alerta denominada “Situación 2”, que implica peligro para las casas.
Muchas casas, afortunadamente deshabitadas, han sido arrasadas por las llamas y ha habido varios desalojos.
Los incendios han sido especialmente virulentos en las zonas de Vilar de Lebres y Muimenta.
En Pradocabalos, en el municipio ourensano de Viana do Bolo, la superficie afectada por el fuego sería de unas 213 hectáreas.
También se declararon fuegos forestales en Pexeiros (Viana do Bolo), con una superficie afectada aproximada de 70 hectáreas.
Otro municipio afectado por estos incendios, casi simultáneos, ha sido Manzaneda, en la parroquia de Cernado.
Unas 250 hectáreas de la Red Natura han sido clacinadas. En la parroquia de Cudeiro han ardido cerca de 55 hectáreas de monte raso.
En O Barco de Valdeorras logró controlarse en la madrugada del domingo un intenso fuego que se inició en la tarde del sábado en la parroquia de Santigoso, con 67 hectáreas calcinadas.
Lo que me revienta de estas noticias es que el 90% de los incendios son provocados, pero nadie es capaz de hablar claramente de por qué se provocan. A ese respecto he oído una explicación que, de ser cierta, sería terrible: que los bosques se queman porque los bomberos forestales tienen que cobrar. Y si no hay trabajo porque no hay incendios, esas mismas personas le pegarían fuego al bosque para justificar el trabajo y, por supuesto, el sueldo. En fin…
MMmmmmm….
Casi acertas “Aguador” o que esta no trasfondo de todo este magnicidio do monte son nin mais nin menos que as contratas antincendios non en si os traballadores que se xogan o pelexo en cada lume e cobran unhas cascasdallos en comparacion co risco sufrido.
a contrata ou subcontrata ten mais que ensaiado o panorama … coche rapido e comun, carretera secundaria ou pistas, cigarro con cerilla pegada ea correr toca…
mecanismo incendiario mais facil de faer imposible.
pero topanse evidencias destas en case todolos lumes que se inician pegados a vias de transito.
solo acabando coa lacra do amiguismo e as contratas forestais se pora fin a barrabasa dos lumes.
A mi lo que me revienta más de que si se provocan o no los incendios, es que en Galicia no se ve una política clara de montes cómo la que puede haber en Soria, donde la gente que vive cerca del monte, se hace cargo de que maleza, arbustos, etc queden limpios. Cada vez más por toda Galicia veo montes abandonados; zarza y matojo seco ocupando los montes, invadiendo los caminos antiguos. La gente de las aldeas o los pueblos despreocupada por que si la Xunta da o no da presupuestos. Los gallegos siempre se han preocupado por mantener limpios sus montes, que es lo que ha pasado ahora? Malas políticas, y malas costumbres l